Para la extracción de Biopolímeros se requieren los mejores equipos y un especialista con experiencia y conocimiento en el tema.
La técnica para extracción puede variar en función de la gravedad y zona del cuerpo (rostro, pecho o glúteos), sin embargo, la mejor práctica conocida hasta el momento es la técnica abierta.
La técnica cerrada hace pequeñas incisiones a través de las cuales se insertan cánulas, láser, ultrasonido y otros. Su efecto es bajo comparado con la técnica abierta, pues esta tiene mayor control para sacar el máximo posible de Biopolímeros presentes.
Además de esto la resonancia hecha antes de la intervención hace que el cirujano sepa con exactitud el lugar en el que se encuentra la materia y pueda sustraerla con más facilidad, en la técnica cerrada, por el contrario, aunque haya resonancia se procede sin visión total del área puntual en donde se encuentran los cuerpos extraños.
Un beneficio adicional de la cirugía abierta es que llega a los músculos a una leve profundidad, la técnica cerrada por su parte podría dañar el músculo al intentar llegar a él y al usarse cánulas se corre el riesgo de crear ductos por medio de los cuales las sustancias que quedan tras la extracción migren hacia otras partes del cuerpo.
Si tienes Biopolímeros y aún no los has retirado de tu cuerpo es importante que tomes conciencia del riesgo que implican para tu salud. Aunque no exista sintomatología los Biopolímeros deben extraerse y evitar que se desplacen a partes del cuerpo inaccesibles.
Una vez realizada la cirugía mejorará la salud general, la calidad de vida, disminuirán las molestias y emocionalmente la persona también podrá avanzar alcanzando estabilidad emocional y plenitud.