Desde varias décadas atrás, la sociedad está marcada por una continua aspiración a la belleza para sentirse cómoda con su apariencia física y tener como resultado un alto porcentaje de seguridad y empoderamiento. Vale la pena destacar que las civilizaciones antiguas desarrollaron ungüentos y técnicas cosméticas que evolucionaron hasta la cirugía plástica moderna. Lastimosamente, hay quienes se aprovechan de algunas personas y llegan a realizar procedimientos poco seguros. Hoy abordaremos los síntomas de biopolímeros.
La cirugía plástica, en su diversidad de formas y objetivos, adquirió un lugar importante en la sociedad contemporánea y se posicionó como una opción tanto viable como segura para todos aquellos que buscan mejorar su apariencia física.
De igual manera, va más allá de su asociación con la búsqueda de la estética ideal, la importancia de la cirugía plástica se extiende a los ámbitos médicos, psicológicos y sociales. Los doctores y profesionales, se preparan, elaboran informes académicos para seguir desarrollando la profesión y son transparentes con sus pacientes.
Desafortunadamente, hay algunos “expertos” que ofrecen cirugías o procedimientos más rápidos, económicos y en los que aseguran “buenos resultados”. No hay que fiarse de ello. Una de las consecuencias más complejas es la aparición de los síntomas de biopolímeros que fueron utilizados para “mejorar la apariencia física” y se convirtieron en una pesadilla de salud para miles de personas.
Detrás de esa fachada de la mejora estética rápida y eficaz, se ocultan riesgos médicos significativos. Uno de los desafíos más apremiantes radica en la falta de regulación y supervisión adecuada en la industria de los procedimientos estéticos, con lo que Colombia dio un paso con la ley de la prohibición de biopolímeros, pero hay muchos segmentos que faltan por regular.
Las sustancias empleadas como biopolímeros no cuentan con la aprobación de las autoridades sanitarias y ya existen estudios exhaustivos sobre su poca seguridad y eficacia a largo plazo, estudios realizados por el doctor Jaime Pachón, además se comprobó que los síntomas de biopolímeros pueden tardar hasta años en aparecer, por lo cual son una enfermedad silenciosa.
“Los biopolímeros son moléculas de diferentes orígenes sintéticos u orgánicos que ilegalmente se derivan desde la parafina, silicona líquida, cemento óseo, aceite industrial y otras sustancias”, se detalla en una noticia sobre sus riesgos.
El deseo humano de verse y sentirse mejor consigo mismo es comprensible y legítimo. Sin embargo, es vital que esta búsqueda no se realice a expensas de la salud y el bienestar a largo plazo. Los biopolímeros son una solución tentadora para quienes buscan resultados inmediatos y asequibles, pero su uso en el cuerpo plantea una enfermedad silenciosa que deja consecuencias severas y complicaciones para la salud.
Síntomas de biopolímeros comunes
El doctor Jaime Pachón, experto y pionero en técnicas abiertas para el retiro de biopolímeros en múltiples partes del cuerpo como, glúteos, cara, senos, genitales y extremidades superiores o inferiores, te cuenta algunos de los síntomas más frecuentes y sus secuelas.
Alogenosis iatrogénica
La sintomatología de los biopolímeros se denominó alogenosis iatrogénica, una enfermedad en la que el cuerpo reacciona ante sustancias extrañas como silicona líquida, parafina, petrolato líquido, vaselina, aceite mineral y grasa animal, entre otros.
Tal y como contamos en el inicio del blog, hay quienes inyectan esas sustancias en el rostro, senos, glúteos u otras partes con fines estéticos. Sin embargo, no son compatibles con el cuerpo y con el tiempo estas sustancias líquidas fraguan y se transforman en esferas de aspecto transparente.
Sintomatología
Los síntomas varían dependiendo del paciente y del tipo de sustancia que fue inyectada, algunas personas sienten molestias en los primeros días y otros tardan años; se han documentado casos que superan los 20 años.
En una alogenosis temprana se presentan síntomas de biopolímeros: dificultad para respirar, fiebre, escalofríos, malestar general, inflamaciones, enrojecimiento, dolor torácico y retención urinaria.
Trascurridos meses o años, los síntomas suelen ser dolor y/o ardor en la zona afectada, enrojecimiento, inflamación, fatiga crónica, caída del cabello, dolores articulares o musculares, dificultad para sentarse o caminar, salida espontánea del biopolímero por un orificio de la piel, pérdida de la memoria, ojos y boca seca, depresión, irritabilidad y alteraciones en el sueño.
¿Cómo se alivia?
Para recuperar el bienestar de la persona es necesaria una intervención quirúrgica que elimine la mayor cantidad posible de biopolímeros. Así se recuperará la calidad de vida y se aliviarán los síntomas.
“No hay que dejarse convencer con falsas promesas. Hay quienes indican que retirarán el 100 % de los biopolímeros y eso es totalmente falso, aún no existe un procedimiento que permita alcanzar la totalidad de la extracción de los biomateriales”, destaca el doctor Jaime Pachón.
Siempre la recomendación es acudir a un especialista que sea miembro de la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica y que, además, establezca un diálogo honesto acerca de los resultados.
Migración y deformidades
Uno de los mayores riesgos asociados con los biopolímeros es su tendencia a migrar dentro del cuerpo. Esto lleva a la deformación de los tejidos circundantes y a la aparición de protuberancias o irregularidades visibles en la piel. Estas complicaciones no solo afectan la apariencia física, sino que también provocan dolor crónico y problemas emocionales.
Toxicidad a largo plazo
No son naturalmente absorbidos por el cuerpo y, con el tiempo, liberan sustancias tóxicas a medida que se descomponen. Esto deja consecuencias graves en la salud general, ya que el sistema inmunológico tiene dificultades para eliminar estas sustancias extrañas y potencialmente dañinas.
Necrosis y gangrena
En algunos casos extremos, los síntomas de biopolímeros y sus consecuencias llevan a comprometer el flujo sanguíneo en la zona tratada, lo que genera necrosis de los tejidos y, en casos aún peores, a la gangrena. Esto no solo es complicado por una deformidad, sino que también pone en riesgo la vida del paciente.
Dificultades médicas y emocionales
Revertir los efectos de los biopolímeros a menudo implica cirugías reconstructivas. Además del impacto físico, las víctimas de biopolímeros enfrentan angustia emocional, depresión y una disminución significativa de la calidad de vida.
Conclusión
El uso de biopolímeros en el cuerpo parece una solución rápida para lograr una apariencia deseada, pero sus riesgos y secuelas superan con creces cualquier posible beneficio estético.
No hay que esperar a la aparición de síntomas de biopolímeros para retirarlos, lo puede hacer antes a modo de prevención. Estos productos desencadenan una enfermedad silenciosa que afecta tanto la salud física como emocional de quienes se someten a estos procedimientos.
Antes de considerar cualquier procedimiento estético, es esencial investigar a fondo, consultar con profesionales médicos cualificados. Agenda una cita con el doctor Jaime Pachón, quien te guiará con recomendaciones profesionales y una hoja de ruta a seguir muy transparente.