Los Biopolímeros destruyen la tranquilidad y calidad de vida de quien los padezca, pero son aún más difíciles de ocultar y sobrellevar cuando están en el rostro. Su sintomatología una vez reacciona el cuerpo, no solo es dolorosa sino también notoria. Puede presentarse desde enrojecimiento, inflamación, fiebre hasta infecciones.
Son frecuentes los casos de inyección de polímeros en la cara para aumentar y mejorar la forma de los labios, los pómulos y entre las cejas. Estas sustancias son nocivas y pueden estar conformadas por silicona líquida, derivados de la parafina, aceites y otros materiales peligrosos para el cuerpo.
La sustracción de estas sustancias es obligatoria por el bienestar y la salud de la persona, cabe anotar que los biopolímeros pueden ser mortales, pues se caracterizan por el desplazamiento. Una vez estas sustancias llegan a lugares del cuerpo, como el cerebro y los pulmones, bloquean el oxígeno y producen la defunción del paciente.
Además, cuando están en la cara afectan la seguridad, el bienestar general y la imagen. Este último es un aspecto muy importante en nuestra sociedad, pues por su apariencia pueden darle o no, oportunidades laborales a una persona. Por eso es importante que se extraigan por los mejores profesionales en Cirugía Plástica Reconstructiva, ellos ayudarán a recuperar parte de la apariencia natural facial.
Para la extracción hay dos técnicas muy usadas por los especialistas: la técnica abierta y el ultrasonido. En la técnica abierta se hace una incisión directa por medio de la cual se procede a retirar el material nocivo. En el ultrasonido se emiten ondas de calor para deshacer los biopolímeros y retirarlos con la ayuda de cánulas.
En cualquiera de los casos debe hacerse por manos del mejor Cirujano Plástico y en una clínica certificada que cuente con la tecnología y el equipo necesario para la tranquilidad del paciente y la seguridad de su salud.
Aunque no es culpa del paciente el padecimiento, es importante que exista claridad sobre la imposibilidad de retirar todos los biopolímeros en la cara o en cualquier parte del cuerpo, algunos pueden migrar o incrustarse en músculos y nervios, impidiendo su extracción.